​

  Han pasado ya algunas semanas, sí, y por fin ahora he podido escribir sobre lo que sucedió. Sabíamos que en Bilbao se iba a celebrar el “Desfile 1900”, un encuentro anual de personas de principios del s.XX y finales del s.XIX que nos juntamos para pasear por la ciudad, dirigidas por el protagonista principal y director del mismo, el artista y coleccionista Fernando Botanz. Siempre he tenido la duda de si los participantes son personas auténticas del s. XIX o bien son viajeros en el tiempo, como Carlos y yo misma... nunca me he atrevido a preguntárselo directamente por temor a que se extrañen de mi pregunta. En cualquier caso, era necesario limpiar y preparar la máquina del tiempo para poder acudir allí. En primer lugar, preguntamos a la máquina qué atuendo podíamos ponernos para el evento... y la máquina nos dio una información que nos resultó muy interesante... En el año 1874 Bilbao estaba asediada por el Ejército de Carlos VII, el pretendiente carlista al trono español. Para defender la ciudad había militares y marinos, claro está, pero una parte de sus más prominentes ciudadanos burgueses, se armaron para ayudar en esa defensa. Un poco más de mil hombres que dejaron sus oficinas, despachos, cátedras, comercios… y se armaron con modernos rifles Remington de retrocarga para servir como auxiliares en esa defensa y que los retrógrados carlistas no tomasen a la libre y liberal Bilbao. Vestían con sus ropas de diario o de caza. Su único distintivo era una boina escocesa tipo Balmoral en la que llevaban un número (del 1 al 8) indicando a cual de esas ocho compañías pertenecían. Carlos optó por la 7. Yo iba a ser su esposa, por lo tanto necesitaba un traje de paseo para la ocasión...necesitaría uno que podría haber llevado una bilbaina en 1874, en los comienzos de la “Belle Époque” ..., la mujer de un abogado, un rico comerciante, un tendero.... Como la máquina no nos facilita los atuendos, me puse manos a la obra y confeccioné un vestido poco a poco, puntada a puntada, copiando un modelo de una fotografía que la máquina del tiempo me había proporcionado. Y así, una semana antes de la ocasión, sumergidos ya en el siglo XIX, Carlos y yo zarpamos desde el puerto de San Sebastián en un barco de vapor que nos llevó hasta la ría de Bilbao y de allí, sorteando a las baterías carlistas de cañones de tiro rápido Krupp que tratan de mantener el bloqueo, remontamos el Nervión hasta llegar al mismo centro de la gran ciudad. Desde nuestro espacio temporal del s. XIX veíamos, a su vez, como se intercalaban figuras, sombras y personajes del s. XXI. Ellos nos preguntaban, nos admiraban, se sorprendían favorablemente y nos decían un montón de cosas de lo más agradable. Yo le suelo decir a Carlos: “si supieran que venimos de su época...”. En muchas fotos se nos ve junto a ellos, que disfrutan maravillados de esta brecha en el espacio-tiempo que se abre cada año en el centro de Bilbao. Fue muy agradable conocer a nuevos “paseantes”. Algunos venían desde Cataluña, después de un largo y agotador viaje. Todos vestidos muy elegantemente... las damas, realmente llevaban unos vestidos distinguidos y preciosos. En fin... ya he podido reposar de largo viaje. Carlos y yo regresamos en el mismo barco que nos había dejado en los muelles del Bilbao asediado de 1874 y nos instalamos de nuevo en la actualidad a través de la máquina del tiempo que nos había llevado hasta allí. De toda esta aventura nos quedan estas magníficas fotos que nos recordarán el viaje realizado y la estupenda compañía de las personas del s. XIX que hemos podido conocer. ¡Hasta el próximo viaje, un saludo afectuoso a todos los viajeros!

 

Enlaces:https://www.youtube.com/watch?v=ypzhRvniS9g&feature=youtu.be&fbclid=IwAR2LDDjMdQIj0KP4MSwYnLdtgNeTZT_trgxUpmMhEbhQZFl3d_hP8rPALl0

 

https://m.deia.eus/2019/06/30/bizkaia/bilbao/bilbao-un-siglo-atras

 

http://fernandobotanz.blogspot.com/